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lunes, 23 de noviembre de 2015

El sistema solar y el Universo

  Universo es todo lo que existe. Está formado por el conjunto de astros que giran en el espacio infinito. Estos astros o cuerpos que viajan en el espacio tienen aspectos diversos. Algunos son incandescentes: alumbran y calientan con sus rayos; son las estrellas. El Sol, a cuyo alrededor gira nuestro globo, es precisamente una estrella. Otros son opacos y reflejan la luz de las estrellas: son los planetas y satélites. Los planetas giran alrededor de las estrellas y los satélites en torno a los planetas. La Tierra es un planeta que gira en torno al Sol. La Luna es el satélite de la Tierra, porque da vueltas a su alrededor. 
  Además viajan por el espacio otros cuerpos luminosos, incandescentes, que pasan a velocidades fantásticas entre los planetas y describen órbitas curiosas: son los cometas y los meteoritos. Los cometas aparecen en el cielo de tanto en tanto, como estrellas brillantes poseedoras de una cola o cabellera luminosa. El núcleo del cometa no es más que una esfera de trozos de rocas de escasa consistencia, rodeada de una capa de gases tenues y luminosos. Los meteoritos o bólidos son masas metálicas de elevada temperatura, que pueden penetrar en nuestra atmósfera y caer sobre la superficie terrestre. Algunos han provocado daños al caer en zonas pobladas. Los meteoritos que caen sobre la Tierra se denominan aerolitos. 

LA VÍA LÁCTEA.- Si observamos el cielo en una noche despejada veremos, sobre nuestras cabezas, una enorme franja luminosa y blanquecina que recorre el firmamento. Está formada por millones de estrellas, planetas y satélites: es la Vía Láctea, que presenta de trecho en trecho manchas más claras, llamadas nebulosas. El Sol, la Tierra y la Luna pertenecen también a la Vía Láctea: es nuestro islote. En Astronomía se denomina islote al conjunto de astros y nebulosas que forman un sistema. Nuestro planeta, pues, pertenece a un islote astronómico llamado Vía Láctea. En el Universo hay otros muchos islotes que no alcanzamos a observar. En cada islote hay millones de estrellas: el Sol es una de las más pequeñas.
LAS CONSTELACIONES.- Los conjuntos de estrellas, dentro de cada islote del Universo, constituyen constelaciones. La Cruz del Sur y el Navío, por ejemplo, son constelaciones que podemos observar a simple vista en nuestro hemisferio. 


El sistema solar

  El Sol es el centro de nuestro sistema planetario. Se llama así al conjunto formado por una estrella y todos los planetas que giran a su alrededor, con sus respectivossatélites. 
  Los astrónomos han determinado con precisión la existencia de nueve planetas del sistema solar, que son los siguientes: Mercurio, Venus, Tierra, Marte, Júpiter, Saturno, Urano, Neptuno y Plutón.
 Entre los planetas Marte y Júpiter hay una gran cantidad de pequeños astros (asteroides) que pueden considerarse un conjunto de diminutos planetas. 
  Cada planeta describe en su viaje alrededor del Sol una órbita elíptica, como podemos observar. Estas órbitas son constantes y precisas, de tal modo que los planetasse desplazan todos en armonioso equilibrio, sin que puedan encontrarse en su eterno viaje.

LOS PLANETAS.- 
  VENUS es el más cercano a la Tierra. Iluminado por el Sol, aparece a nuestra vista con las primeras sombras de la noche, como si fuera la estrella más brillante del cielo; pero ya sabemos que no es una estrella, porque no tiene luz propia. Es el lucero vespertino También lo vemos en la madrugada, cuando el Sol nos muestra su primera claridad: entonces lo llamamos lucero del alba.
  MARTE es también vecino de la Tierra, y parecido a ella por su aspecto y su tamaño: por eso hay quienes suponen que pueda estar habitado por seres parecidos al hombre, posibilidad que cada vez se admite menos en los círculos científicos. 
  JÚPITER es el planeta más grande del sistema solar. Tiene once satélites que giran a su alrededor. Podemos verlo en el firmamento con el aspecto de una estrella muy brillante. 
  SATURNO, algo más pequeño que Júpiter, está rodeado por un anillo formado por pequeñísimos satélites. 
  URANO Y NEPTUNO, más pequeños que Saturno pero mayores que la Tierra, se hallan a tal distancia de nosotros que no podemos verlos sin el auxilio de aparatos astronómicos. 
  PLUTÓN, aún más lejano que Neptuno y también más pequeño, ha sido descubierto en 1930.




EL SOL.- Esta luminosa estrella, sin cuyas radiaciones no podríamos vivir, es enormemente más grande que nuestro planeta: tiene un diámetro de 1.400.000 km. El Sol está compuesto por diversas sustancias: hidrógeno, helio, hierro, calcio, entre otras. Todas ellas están en estado incandescente o convertidas en gases, fuente inagotable de energía y calor. La termperatura de su superficie puede calcularse en más de 6.000 grados. Los movimientos de incandescencia que se observan con los telescopios aparecen en forma de protuberancias.



Teorías antiguas sobre el Universo

  Es común admitir que los antiguos europeos suponían a la Tierra como un disco plano rodeado de abismos, sostenido por elefantes, entre otras cosas. Es también corriente suponer que antes del descubrimiento de América por Colón nadie sospechaba que la Tierra era esférica. Debemos corregir estos errores. Entre los hombres de escasa instrucción, en efecto, era común sostener las más disparatadas ideas con respecto a la forma de nuestro planeta; pero entre los hombres de ciencia la idea de la esfericidad de la Tierra es muy antigua. Pitágoras, filósofo griego que vivió hace más de dos mil años, ya sostenía con sólidas razones aquel concepto.
  La idea de que la Tierra gira alrededor del Sol es también muy antigua: la enunciaba vagamente el mismo Pitágoras. Los sabios de la época, sin embargo, se inclinaban a considerar a la Tierra como centro del Universo: el Sol y los demás astros girarían a su alrededor. El astrónomo Ptolomeo, que vivió en el antiguo Egipto hace unos 2.000 años, expuso con detalles esta teoría, que lleva su nombre.
  En el siglo XVI, Nicolás Copérnico (1473-1543), astrónomo polaco, señaló los errores de Ptolomeo y sostuvo con razones científicas que el Sol es el centro de nuestro sistema planetario, y que la Tierra gira a su alrededor. Galileo Galilei (1564-1642), físico y astrónomo italiano, no sólo confirmó la teroría de Copérnico sino que demostró plenamente los movimientos de la Tierra, las características del sistema solar, entre otras cosas.



La Luna

MOVIMIENTOS Y FASES.- La Luna, satélite de la Tierra, no tiene luz propia: la que nos envía no es más que el reflejo de los rayos solares. Si pudiéramos observar la Tierra desde la Luna, la veríamos también iluminada como esta.
  Nuestro satélite es más o menos cincuenta veces más pequeño que la Tierra. Tiene montañas y abismos; las manchas que observamos en ella a simple vista corresponden a los desniveles de su suelo. Los movimientos de la Luna son: rotación (alrededor de su eje) y traslación (en torno a la Tierra, a la que acompaña también en su desplazamiento alrededor del Sol). Los movimientos de rotación y traslación en torno a nuestro planeta son exactamente iguales en duración: 27 días, 7 horas y 43 minutos para girar sobre su eje y otros tantos para cumplir su órbita en torno a la Tierra. Debido a esta particularidad la Luna nos muestra siempre la misma cara; el otro hemisferio lunar nunca aparece a nuestra vista.
  Según su posición con respecto al Sol a la Tierra, la Luna aparece a nuestra vista totalmente iluminada -luna llena-, totalmente opaca -luna nueva- o parcialmente luminosa -cuarto creciente o menguante-. Este proceso se cumple en el período de su mocimiento de traslación. A partir de la luna nueva va creciendo día a día la parte iluminada -cuarto creciente-, hasta llegar al plenilunio o luna llena; luego decrece lentamente su área de luz -cuarto menguante- hasta que llega otra vez la luna nueva.


Los eclipses

  Cuando los astros se colocan en una misma línea se produce un eclipse. Si la Luna, por ejemplo, se halla ubicada en determinado momento entre la Tierra y el Sol, en una misma línea recta, se producirá para nosotros un eclipse de Sol. El eclipse puede ser total o parcial, según se oculte a nuestra vista total o parcialmente uno de los astros.
  El eclipse de Luna se produce cuando la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna. Si nuestro planeta oculta por completo a su satélite, este no recibe los rayos solares: se halla en la oscuridad o en la penumbra y no lo vemos en el firmamento.
  El eclipse de Sol será total si la Luna alcanza a cubrir completamente el disco solar. Es más frecuente el eclipse parcial.




ÁNGEL ESTRADA Y CÍA. S. A.
Primera edición, 1964
"Nuevo Manual Estrada" 
Impreso en Argentina

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